Todo empieza cuando el tango entra en mi vida
9 de enero de 2014. UN SEGUNDO NACIMIENTO.
A partir de ese día, esta danza, este arte de vida sigue creciendo en mí, haciéndome querer dedicarme a él tanto como pueda, para penetrar en este universo increíble, en lo que más tiene de contradictorio: la fugacidad de sus momentos mezclados a la reminiscencia de su memoria. Su poderosa sutileza. Su onírica realidad.
Viajo desde el otoño de 2017, llevado por la magia de los abrazos, la intensidad de la vida que se expresa en el tango. El campo de mis recuerdos se agrandeze, mis sentimientos se realzan y se enriquecen, mis sentidos se conmueven por todo lo que mis ojos pueden ver, admirar, hacerme sentir. Me siento en ósmosis con este mundo.
Casi de forma natural empiezo a inmortalizar las milongas, eventos locales, entrando literalmente en la rueda de los bailarines, aportando un particular punto de vista inmersivo, un movimiento inclusivo, cómplice, una proximidad diferente. Este amor por la imagen, por la evocación tanto existencial como artística del tango dirige también la mirada de mi cámara hacia quienes nos hacen soñar, enseñantes y maestr@s.
ACCIÓN !